EUROPA
PRESS
14
junio 2017
Sudar no es malo, es importante para el control de nuestra
temperatura y la creación de una primera barrera de defensa cutánea. No
obstante, hay personas que llegan a sudar muchísimo, a pesar de que haga fresco
o se esté en reposo.
En la
mayor parte de los casos la sudoración es perfectamente natural y,
generalmente, las personas sudan más en temperaturas cálidas, al ejercitarse, o
en respuesta a situaciones que las hacen sentirse nerviosas, enojadas,
avergonzadas, o con miedo.
No
obstante, cuando la sudoración excesiva y se presenta sin estos desencadenantes
estamos hablando de hiperhidrosis. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de
Estados Unidos, las personas con hiperhidrosis parecen tener las glándulas
sudoríparas hiperactivas. "La sudoración incontrolable puede llevar a una
molestia significativa, tanto física como emocional", indica.
Además,
subraya que la sudoración excesiva suele afectar a las manos, a los pies, y a
las axilas. En este caso se llama hiperhidrosis primaria o focal. Es un proceso
bastante habitual (afecta entre el 1-3% de la población), aunque posiblemente
no se consulta excesivamente por ello, dada la falta de eficacia, hasta ahora,
de los tratamientos instaurados, según comenta la Academia Española de
Dermatología y Venerología (AEDV).
En la
mayor parte de los casos, no se puede encontrar la causa y parece ser
hereditario. Eso sí, si la sudoración tiene lugar como resultado de otra
afección médica, se llama hiperhidrosis secundaria. La sudoración puede
presentarse en todo el cuerpo o sólo en una zona.
El papel del sistema nervioso y tratamientos
En este
sentido, la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Universitario
Infanta Elena de Valdemoro (Madrid), la doctora Inés Gonzalo González, explica
a Infosalus que el control de la sudoración corre a
cargo del sistema nervioso autónomo, sobre el que no se tiene control, y que
regula funciones como la respiración o el latido cardíaco.
Las
causas de hiperhidrosis son múltiples: enfermedades neurológicas,
endocrinológicas (hipertiroidismo), neoplasias, medicamentosas, fisiológicas
(menopausia), o la idiopática (de causa desconocida), que es la que con más
frecuencia se ve en las consultas de dermatología. "No existe acuerdo
sobre la posible herencia de la hiperhidrosis idiopática, aunque sí se ha visto
que pueden existir varios miembros de una misma familia afectos, por lo que
podría haber un componente hereditario", apostilla Gonzalo González.
Además,
la especialista subraya que esta patología no se asocia al mal olor corporal.
Así, precisa que existen de dos tipos: la localizada en una determinada área
anatómica, y después la generalizada por todo el cuerpo. Sobre los
tratamientos, subraya que cuando la hiperhidrosis tiene una causa orgánica el
tratamiento pasa por solucionar dicha causa.
En el
caso de la hiperhidrosis idíopática existen varios
tratamientos en función de su extensión y de las preferencias del paciente. A
nivel tópico, se pueden usar antiperspirantes a base
de sales de aluminio a diferentes concentraciones. Como tratamiento oral,
Gonzalo dice que existen unos fármacos llamados anticolinérgicos, betabloqueantes o benzodiacepinas,
que actuarían sobre el sistema nervioso autónomo.
La 'iontoforesis' es otra alternativa en la que se aplica una
corriente eléctrica de manera transcutánea. Se trata
de 'inyectar en la piel' sustancias a partir de una corriente eléctrica que
pasa, a través del agua desde un polo eléctrico a la piel. "Resulta una
terapia efectiva, pero difícil de realizar dado el tiempo que conlleva. En el
futuro podrían mejorarse sus resultados usando anticolinérgicos tópicos o
quizás toxina botulínica", precisa sobre este asunto la AEDV.
También
se pueden realizar infiltraciones subcutáneas de toxina botulínica. "El
favorito a día de hoy, sobre todo a nivel axilar. Es un excelente tratamiento
para la hiperhidrosis axilar y palmar. Sus principales inconvenientes radican
en su precio, el dolor que provoca la infiltración, la necesidad de realizar
entre dos y tres tratamientos al año, pues su duración es de 4 a 6 meses. A
pesar de todo en nuestra experiencia resulta ser la medida de elección en el
momento actual y un hecho que lo avala es que los pacientes solicitan su uso,
pues es un tratamiento que engancha. Aunque no hay demasiados trabajos, también
en la hiperhidrosis facial resulta eficaz", sostiene la AEDV.
Por
último, se podría realizar una intervención quirúrgica (simpatectomía)
para eliminar los ganglios encargados de estimular la sudoración de axilas y
manos. Habitualmente la practican los cirujanos torácicos con "excelentes
resultados" en cuanto a la disminución de la sudoración en manos y axilas,
que además resulta definitiva. Su principal inconveniente estriba en la aparición
de la hiperhidrosis compensatoria, es decir, el paciente deja de sudar en manos
y axilas pero aumenta la sudoración en otras localizaciones como en la cara, en
la espalda, o en el pecho, por ejemplo.
Por
otro lado, la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Universitario
Infanta Elena de Valdemoro (Madrid), subraya que no existen datos clínicos que
confirmen que se sude más al depilarse, aunque afirma que sí hay algún caso
descrito de hiperhidrosis tras la depilación láser.